Trabajando para apoyar iniciativas de viviendas urbanas densamente pobladas llevadas por la comunidad, este proyecto ha trabajado con cerca de 5.000 familias de más de 15 movimientos y grupos de vivienda por todo São Paulo. Se han desarrollado tecnologías apropiadas para poder realizar construcciones de edificios complejos de múltiples plantas por los mismos residentes. Tras la construcción se han desarrollado instalaciones para la comunidad y actividades de generación de ingresos, incluyendo panaderías, instalaciones del cuidado de los niños y cursos de formación profesional para la comunidad.

 

Descripción del Proyecto

Fines y Objetivos

El principal objetivo de USINA es promover la mejora de las condiciones de vida para la población con ingresos más bajos y proporcionar apoyo en los procesos de participación política y en la lucha por la justicia social y el reconocimiento de los derechos de tierra, vivienda y ciudad. Fines específicos incluyen los siguientes:

  • Proporcionar asistencia técnica para los movimientos sociales rurales y urbanos en arquitectura, planificación y tecnología, con participación amplia de la comunidad y equipos técnicos interdisciplinarios, con miras a actividades de producción colectivas.
  • Apoyar activamente la participación social y política de movimientos sociales a través del proceso, discutiendo su participación activa en el contexto social y político más amplio en áreas urbanas y rurales
    Promover un debate y discusión generalizados, compartiendo los conocimientos a través de cursos, seminarios, material impreso e investigación, en asociación con colegios, organismos gubernamentales, movimientos sociales, instituciones culturales y universidades.

Contexto del proyecto

En las últimas décadas, las ciudades en Brasil han experimentado unos altos índices de crecimiento de la población, combinado con los crecientes niveles de pobreza y desempleo. El crecimiento caótico está agravado por la falta de tierra urbana, con hasta un 15 por cien de la población de la ciudad viviendo en barriadas. Las casas de hasta cuatro plantas son autoconstruidas, a menudo en áreas de alto riesgo sin ningún tipo de ayuda técnica. Proyectos públicos de vivienda a gran escala desarrollados para tratar la falta de vivienda han sido llevados a cabo por contratistas que querían obtener el mayor beneficio, en detrimento de la calidad de construcción e ignorando en buena parte las necesidades de la población con bajos ingresos.

En este contexto, las organizaciones de individuos en São Paulo empezaron a organizarse ellas mismas en la lucha por la vivienda, particularmente en los 80 tras el colapso del régimen militar en Brasil. Estos movimientos originados como asociaciones de vecindarios, querían mejoras en temas específicos como el acceso a electricidad y agua limpia. Con su creciente nivel de organización, los movimientos crecieron también políticamente y su lucha empezó a centrarse en el acceso a la ciudadanía y vivienda adecuada. La presión aplicada por estos grupos en la administración pública trajo como resultado los primeros programas de vivienda auto gestionada para la región central de la ciudad.

Gracias a los movimientos populares y a las autoridades locales progresivas, São Paulo se ha convertido en una de las ciudades pioneras en el desarrollo de políticas de viviendas participativas. Desde finales de los años 80 muchos grupos técnicos, interdisciplinarios e independientes como USINA han emergido proporcionando asistencia técnica a los movimientos populares y a las cooperativas de vivienda en estos proyectos innovadores.

Características claves

USINA apoya las iniciativas conducidas por la comunidad y proporciona asistencia técnica a las familias con bajos ingresos para la construcción de viviendas de alta densidad. La vivienda se construye a través de una propuesta de ayuda mutua de participación, con autogestión de recursos.

Mientras que USINA ha trabajado con casi 5.000 familias de más de 15 grupos de vivienda y movimientos, la presentación destaca tres proyectos de vivienda de múltiples plantas en particular:  ‘Copromo’ (160 familias, 1990-98), ‘União da Juta’ (160 familias, 1992-98) y ‘Paulo Freire’ (100 familias, 1998-2007), desarrollados en asociación con los movimientos populares organizados y los departamentos de financiación pública municipal o del estado.

El proyecto está financiado completamente a través de los recursos públicos y los residentes contribuyen con su trabajo (16 horas por semana por hogar). Se han desarrollado tecnologías apropiadas para poder realizar construcciones de edificios complejos de múltiples plantas por los mismos residentes a través de un proceso autogestionado. Además de la construcción el proyecto consiste en el desarrollo de instalaciones para la comunidad y actividades de generación de ingresos, incluyendo panaderías, instalaciones del cuidado de los niños y cursos de formación profesional para la comunidad.

Estos proyectos difieren de muchos proyectos de vivienda de ayuda mutua que conllevan mano de obra sin pagar, puesto que en lugar de centrarse en reducir costes y presupuestos públicos, establecen procesos de autogestión en todas las etapas del proyecto – desde la fase del diseño pasando por la implementación y la monitorización hasta la concesión de poderes a la comunidad y la ayuda con la información sobre políticas de vivienda pública.

Todo el proceso de diseño, planificación, ejecución y gestión del proyecto está llevado por los grupos de la comunidad organizada. Los residentes son responsables de la asignación de fondos, la búsqueda y compra de materiales, la organización de los residentes en comités y los equipos de construcción seleccionando los grupos de asesoramiento técnico con los que les gustaría trabajar.

Costes de cobertura

La propuesta de USINA implica la movilización de recursos locales, estatales y/o nacionales para apoyar las iniciativas llevadas por la comunidad, asegurando que el estado satisface sus responsabilidades con la población de bajos ingresos.  Durante años se ha obtenido una combinación de donaciones, subsidios y préstamos procedentes de una gama de recursos gubernamentales, incluyendo las compañías de viviendas públicas (ej. COHAB-SP y CDHU) y la CAIXA Federal Development Bank. Los fondos para la construcción de viviendas a través de la ayuda mutua son transferidos directamente a las asociaciones de la comunidad y cubren la compra de materiales, equipo de seguridad, instalaciones en el sitio y costes de explotación/administración durante la construcción, además de los servicios de organizaciones de ayuda técnica y mano de obra especializada cuando se necesite. Aproximadamente un cuatro por cien del presupuesto es normalmente asignado a los planes arquitectónicos y los documentos de la construcción y una media del seis por cien del presupuesto general es para la ayuda técnica y social proporcionada por USINA. Los costes totales del proyecto (excluyendo los costes de tierra – tierra pública para viviendas sociales es generalmente proporcionada en base a un subsidio del 100 por cien) tienen un promedio de 12.000 – 15.000 dólares USA por unidad de vivienda.

Impacto

Las familias con bajos ingresos pueden acceder a vivienda adecuada y tenencia de tierra segura a través de mecanismos financieros asequibles.

Las redes de contactos sociales se refuerzan a través del proceso de participación.

Los servicios y actividades de la comunidad establecidos, como también una actividad cultural aumentada y oportunidades de empleo, han beneficiado a la comunidad más amplia.

El proyecto proporciona un ejemplo de vivienda de múltiples plantas de alta calidad que responde a las necesidades de las familias con bajos ingresos.

Los movimientos de vivienda han sido reforzados y están siendo reconocidos cada vez más como sujetos políticos y productores de espacios en la ciudad.

 

¿Por qué es innovador?

  • Construcción con ayuda mutua de edificios de múltiples plantas para áreas urbanas densamente pobladas.
  • Participación de grupos sin casa y movimientos sociales en los procesos de toma de decisiones en todas las etapas.
  • Uso de tecnologías de construcción mixtas, con bloques estructurales y torres de escaleras de acero, haciendo posible la construcción de edificios verticales a través de la ayuda mutua, con una mano de obra no especializada.
  • Gestión del proceso por la comunidad, incluyendo el establecimiento y gestión de equipos de trabajo, subcomités, prevención de accidentes, cantina y guardería, etc.
  • Iniciativas colectivas de generación de ingresos empleadas al término del trabajo de la construcción.

 

¿Cuál es el impacto medioambiental?

Los proyectos, hasta cierto punto, utilizan, materiales disponibles localmente como los bloques de cerámica, losas de hormigón reforzadas, tejas para el tejado de cemento de fibra o cerámica y marcos de ventana y puertas de madera o acero. Los materiales son seleccionados por la comunidad, teniendo en cuenta una serie de preocupaciones económicas, sociales y ambientales.  Por ejemplo, la selección de mampostería de muros de carga tiene tanto ventajas sociales como ambientales pues reduce el uso de hierro y hormigón y requiere poca especialización técnica.

Las condiciones anteriores de vivienda eran antihigiénicas y sobre pobladas con conexiones de servicios improvisados y acceso limitado a infraestructura urbana formal. Los proyectos aseguran el acceso a agua potable y sanitarios, con ventilación adecuada e iluminación de día.

En el caso de un asentamiento rural, donde USINA trabaja con el Movimiento de Trabajadores sin Tierra MST para construir una escuela agrícola sostenible, se están empleando una serie de estrategias para asegurar la sostenibilidad medioambiental, como el tratamiento de aguas residuales en el emplazamiento y el uso de aseos de conversión de abono en seco.

 

¿Cómo es su sostenibilidad financiera?

El proyecto no depende de financiación externa de organismos donantes; sino que se ha tomado una decisión consciente por las organizaciones populares y USINA  para llevar a cabo todas las actividades con financiación pública de organismos gubernamentales nacionales, estatales o locales y las compañías de vivienda pública.  Aunque esto en algunos casos ha retrasado y alargado los procesos de negociación, cada comunidad ha hecho un esfuerzo conjunto y ha sido capaz de superar estas dificultades.

Los proyectos han promovido muchas actividades en sus centros de la comunidad y han obtenido financiación para sostener dichas actividades como bibliotecas, guarderías, lecciones de música, cursos técnicos y profesionales, panaderías de la comunidad y zonas de juego.

Se ha generado empleo en el sector de la construcción y se ha establecido un pequeño número de negocios incluyendo las cooperativas de vivienda como resultado del proyecto.

El sistema de financiación para la construcción de vivienda aumenta enormemente la asequibilidad. Está subvencionada de acuerdo con los ingresos de la familia, con un periodo de pago de 20-25 años e índices de interés bajo del 2 por cien por año. La tierra está subvencionada y los costes de construcción suman un promedio de 200 dólares USA/m2. Se conceden títulos de la propiedad a familias individuales con tenencia en condominio. Si una familia decidiera vender su apartamento y trasladarse, la asociación de residentes normalmente seleccionará a otra familia que ocupe su lugar, reembolsando a la familia que se va con la cantidad pagada hasta la fecha y haciéndose cargo de la responsabilidad de los restantes pagos.

 

¿Cuál es el impacto social?

La integración y cooperación en la comunidad más amplia es un foco de mira primario del proyecto. El proceso es iniciado y conducido por la comunidad, con residentes que trabajan juntos en el diseño, planificación, desarrollo, construcción y gestión de la vivienda.  Se llevan a cabo talleres de trabajo participativos y las comunidades reciben apoyo de USINA con los aspectos técnicos y sociales del proyecto. El proceso de construcción de  ayuda mutua en si mismo proporciona una herramienta de valor para lograr la integración de la comunidad y el refuerzo de las redes de conexión social.

Como resultado de los distintos proyectos llevados a cabo por USINA las habilidades y capacidades de los grupos participantes han aumentando enormemente, no sólo en el sector de la construcción a través del proceso de ayuda mutua sino también en términos de negociación y participación política, gestión financiera comercial y personal y el desarrollo de pequeños negocios.

Brasil se caracteriza por la desigualdad social extrema y las autoridades gubernamentales han empleado desde siempre recursos públicos para beneficio de la elite económica del país. Este proyecto es parte de una lucha más extensa de la sociedad civil organizada para invertir esta práctica y asegurar que los fondos públicos son distribuidos de una forma más equitativa. Como consecuencia, ha habido un cambio durante los años hacia políticas más progresivas y administraciones que promueven la provisión de tierra y vivienda para los grupos vulnerables e intentan garantizar los derechos de los ciudadanos.

Ha habido una participación importante de la mujer en el proyecto y en los procesos de toma de decisiones. A veces hasta un 60-70 por cien de los grupos de ayuda mutua están compuestos por mujeres.

La finalidad central del trabajo de USINA es otorgar poderes y movilizar a los grupos de bajos ingresos para que defiendan sus derechos de tierra, vivienda y la ciudad y jugar un papel más activo en la sociedad. Los movimientos de vivienda en Brasil – y particularmente en São Paulo –  han experimentado logros sorprendentes, que ha traído una influencia y diseminación más extendida sobre la política de vivienda.

Obstáculos Encontrados

  • El proyecto de ayuda mutua ‘mutirão’ fue desarrollado como resultado de la presión de los movimientos sociales, y su aceptación por las autoridades públicas es problemático: el sistema para la aplicación y cesión de fondos es burocrático y está sujeto a las inestabilidades del gobierno. la elección de un nuevo alcalde puede suspender los proyectos indefinidamente y exigir nuevas negociaciones.
  • La escala de tiempo de los grupos autogestionados y la de las autoridades locales son generalmente incompatibles – la cesión de fondos es a menudo un proceso lento y los gobiernos no siempre apoyan el proceso de familias y eligen sus propios proveedores.
  • Los grupos de presión poderosos en el sector de la construcción y sus enlaces con el gobierno a menudo se pueden entreponer.
  • En los últimos años, la organización de los movimientos de vivienda en São Paulo ha cambiado también, pues más líderes empiezan a tomar parte en las administraciones progresivas de la oficina pública abandonando sus papeles como antiguos activistas. Aunque esto ha sido beneficioso en muchas formas, ha reducido también las ambiciones políticas y la capacidad para presionar al gobierno.

Enfrentados a estos obstáculos, USINA al igual que los residentes han respondido con paciencia y determinación, sin perder la mira en sus objetivos y continuando la lucha y poniendo presión sobre las autoridades públicas. Aunque esto ha significado que algunos de los proyectos han sufrido grandes retrasos y han tardado años en ser completados, el trabajo de la organización ha logrado una gran escala en tiempo, proporcionando muchos ejemplos de éxitos de procesos de vivienda conducidos por la comunidad que son tangibles y de alta calidad.

Lecciones Aprendidas

  • La experiencia ha traído profundos cambios para la teoría y práctica de la arquitectura en Brasil. La idea de un diseño participativo es mucho más apreciada hoy en día. Una de las grandes lecciones que han aprendido los arquitectos es la posibilidad de usar sus conocimientos técnicos en la organización de la población, compensan el déficit de vivienda de una manera profesionalmente cualificada.
  • El trabajo social desarrollado por los grupos de asistencia técnica y las asociaciones de la comunidad han sufrido transformaciones a lo largo de los años. En lugar de evaluar las necesidades de los hogares individuales, se pone énfasis en la organización de la gente en la lucha por la tierra, la gestión de los recursos públicos y la auto gestión del proceso de construcción.
  • Ha sido a través de la experiencia de ‘mutirão’ como la lucha de los  movimientos sociales para la vivienda y la ciudadanía ha alcanzado esa proyección amplia para el presupuesto de construcción; además de gestionar grandes presupuestos y tomar decisiones ejecutivas para su mejor uso, los movimientos también han aprendido a tratar con la administración pública y sus dificultades.
  • Los grupos de la comunidad han aprendido a organizarse ellos mismos y han mostrado a la sociedad que pueden gestionar responsablemente los presupuestos, al igual que diseñar y construir sus casas.
  • Las mujeres han logrado un estatus diferente en casa y en la sociedad en general, mostrando su potencial para el trabajo y la toma de decisiones en áreas donde tradicionalmente se les permitía formar parte. Los hombres han aprendido a respetarlas y tratarlas como iguales.
  • El gobierno local ha aprendido que la construcción de la vivienda va mas allá de ser un asunto meramente físico con implicaciones sociales fuertes y que estos dos aspectos no se pueden entender o tratar por separado uno del otro. Se ha aprendido que los programas y la financiación flexible son necesarios para solucionar mejor las numerosas demandas.

 

Evaluación

El trabajo de USINA está caracterizado por un proceso continuo de reflexión, diálogo y evaluación de sus actividades y propuestas. Con relación a los proyectos de vivienda específicos, aparte de evaluaciones de necesidades estándares y procesos de evaluación internos, no se han llevado a cabo sondeos de ocupación posterior y/monitorización formal en los proyectos – los organismos gubernamentales no requieren ni proporcionan financiación para esto y las mismas asociaciones de residentes cuestionan la necesidad de dichas actividades de monitorización formal, preguntándose si las evaluaciones de ocupación posterior son realizadas en los desarrollos de vivienda de la clase media.

 

Transferencia

  • Durante los últimos 17 años USINA ha trabajado con casi 5.000 familias de una amplia gama de grupos de vivienda y movimientos. Trabajando en contextos complejos y difíciles, la organización ha logrado unos niveles sustanciales en São Paulo, Belo Horizonte y otras áreas rurales y urbanas de todo el país.
  • El trabajo de USINA ha jugado un papel clave en el desarrollo de un proceso amplio de estado y ciudad para la construcción de vivienda por ayuda mutua con auto gestión de recursos, implicando aproximadamente a 25.000 familias en el área metropolitana de São Paulo desde 1989.
  • La propuesta ha sido transferida a otros varios estados de Brasil y USINA está actualmente trabajando con el gobierno municipal de Belo Horizonte en el desarrollo del programa de vivienda pública de la ciudad.
  • El trabajo de USINA es parte de un organismo de trabajo y una red de trabajo más amplia y ha logrado un reconocimiento internacional extenso y el intercambio de conocimientos por todo América latina en particular.

 

Asociación

Movimientos urbanos populares, organismos gubernamentales regionales y locales, compañías de vivienda pública, bancos.