Mia Senior Living Solutions (Mia) ha desarrollado un modelo asequible de vida asistida que permite a las personas mayores de bajos recursos y a personas discapacitadas que viven en viviendas públicas permanecer en sus propios hogares con apoyo, en lugar de verse obligadas a vivir en asilos de ancianos en contra de su voluntad cuando llegan a una etapa en su vida en la que ya no pueden vivir independientemente. Más de 5.000 personas se han beneficiado de este programa hasta la fecha, y 12.000 clientes más han sido transferidos de estos asilos de vuelta a la comunidad, y se estima que más de 50.000 personas se beneficiarán de este modelo en los próximos cinco años. El trabajo de Mia ha sido implementado en 20 estados dentro de los Estados Unidos y se extenderá a dos estados adicionales y al Distrito de Columbia en el año 2012.

 

Descripción del Proyecto

Fines y Objetivos

Brindar opciones de vivienda y atención que permitan a las personas mayores envejecer con dignidad y vivir en la sociedad como miembros respetados que contribuyen a la misma.

Contexto

El envejecimiento global de la población crea desafíos a las instituciones sociales de todo el mundo y en particular a los sistemas de atención de salud.  El sistema actual en los Estados Unidos empuja a las personas mayores a una innecesaria institucionalización prematura y costosa y a intervenciones médicas prevenibles, creando una carga tanto para las personas mayores mismas como para los contribuyentes.  Se ha realizado muy poca planificación para lidiar con la creciente población de personas de más de 65 años.  Para el año 2030, el número de personas mayores de 65 años se habrá duplicado en los Estados Unidos, para alcanzar el 20% de la población, y la demanda de lugares de vida asistida aumentará a más de 1.900.000.  Hoy en día, el 40% de las personas mayores de 75 años tienen ingresos anuales por debajo de los US$ 10.000 y dos tercios tienen ingresos menores a los US$ 15.000, por lo que actualmente la prestación de vivienda privada es inaccesible para ellos.

Muchas personas mayores y adultos con discapacidad de bajos ingresos viven en viviendas públicas. Las normas que rigen la operación de la vivienda pública requieren que sus residentes vivan independientemente y cuando no pueden hacerlo son desalojados, terminando en costosos asilos o sin un hogar.   En casos extremos, terminan en la calle.  A pesar de que las viviendas para personas con necesidades especiales (ALFs por sus siglas en inglés) han estado disponibles desde hace mucho tiempo para personas mayores que pueden pagar elevadas tarifas mensuales (por lo general entre US$ 3.000 y US$ 6.000 por mes), las personas mayores y los adultos con discapacidad de bajos recursos generalmente no son atendidos por el mercado.

Características principales

Creada en 1995 por la Sra. Conchy Bretos, la compañía Mia Senior Living Solutions (Mia) brinda servicios de administración de propiedades  y servicios, consultoría y asesoría a la industria de la vivienda asistida.  El proyecto Soluciones para el Envejecimiento Global comprende un modelo asequible de vida asistida que permite a las personas mayores de bajos recursos y discapacitadas que viven en viviendas públicas permanecer en sus propios hogares con apoyo, en lugar de ser obligados a ingresar a asilos en contra de su voluntad cuando llegan a una etapa en la vida en la que ya no pueden vivir independientemente.

Mia trabaja directamente con las autoridades de vivienda pública (PHAs) interesadas, realizando estudios de factibilidad, remodelando edificios con el fin de que cumplan las normas ALF, apalancando el financiamiento estatal de exención de Medicaid para financiar las operaciones de arranque de las ALFs, reclutando a los residentes y al personal, administrando las operaciones del día a día, y realizando evaluaciones de desempeño e impacto.

El modelo ha sido replicado en 40 proyectos que atienden a aproximadamente 5.000 personas mayores de 65 años.  Estas ALFs asequibles también generan empleos en el cuidado cotidiano de los residentes y en el mantenimiento de las instalaciones, lo que con frecuencia lleva a la revitalización gradual de los barrios urbanos, frecuentemente deteriorados o abandonados, donde están ubicadas.  El modelo también se centra en el cambio de los estilos de vida para permitir a las personas mayores volverse más activas y saludables, por medio de una serie de sesiones educativas sobre salud y nutrición y mejorando su salud cognitiva y física.  Estas sesiones son apoyadas por una variedad de actividades y han resultado en mejoras significativas en la salud y el bienestar de los residentes.

Antes de comenzar a trabajar en una zona, Mia realiza una extensa investigación sobre las necesidades insatisfechas de los clientes, así como sobre la disponibilidad de financiamiento y los requerimientos físicos y reglamentarios para poner en marcha el proyecto.  Es imperativo lograr acceso a los subsidios en una etapa temprana, y una de las destrezas clave de Mia es entender los problemas reglamentarios y programáticos relacionados con los organismos federales de vivienda y salud.  En los casos en los que no hay financiamiento disponible, Mia ha logrado obtener financiamiento a nivel estatal para garantizar la sostenibilidad  financiera de su modelo.

Mia involucra a agencias locales, grupos de consumidores, a los residentes y sus familias en el inicio del proceso de investigación.  Se crean consejos de inquilinos en todos los hogares para facilitar su participación en la administración de los servicios por parte de los actores interesados, incluyendo a los residentes que participan en reuniones de ‘cabildo’ mensuales.  Existe una política de puertas abiertas con la participación de los miembros del personal en un modelo de gestión participativa.  El monitoreo anual permite detectar y abordar cualquier problema que surja.

En 2003, la Sra. Bretos presentó al Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) de los Estados Unidos la idea de crear un proyecto de demostración nacional para brindar servicios de vida asistida a adultos mayores y personas discapacitadas que viven en viviendas públicas.  En el año 2010, los organismos federales de vivienda y salud se agruparon para facilitar y financiar el modelo, asignando US$ 46.000 millones a la implementación del programa.  Actualmente, 31 proyectos están en las etapas iniciales para avanzar con este financiamiento.

Hasta la fecha, el trabajo de Mia ha sido implementado en 20 estados dentro de los Estados Unidos y se ampliará a dos estados adicionales y al Distrito de Columbia en 2012.

Cobertura de costos

El financiamiento de capital proviene de una variedad de fuentes, dependiendo de la naturaleza del proyecto. La reconversión de un edificio existente PHA cuesta entre US$ 500.000 y US$ 1’000.000 dólares y el dinero proviene de  subvenciones de capital, fondos de HOME, subsidios federales de conversión, préstamos hipotecarios, préstamos federales para Ayuda de Vivienda, impuestos o nuevos créditos fiscales y del mercado de bonos libres de impuestos. Los nuevos costos de construcción de US$ 5 a US$ 10 millones por establecimiento se cubren con créditos fiscales para personas de bajos ingresos,  nuevo mercado de créditos fiscales, financiación por bonos, préstamos de la FHA, la conversión de préstamos de vivienda y subvenciones de HOPE VI.

El financiamiento operativo es el mismo para los proyectos nuevos como para las remodelaciones. Este financiamiento incluye subsidios de alquiler entregados por el gobierno federal, que representan un 70% del costo de los alquileres y la alimentación, mientras que los residentes pagan el 30% restante, con apoyo financiero del estado de ser necesario. Las exenciones de Medicaid (federal/estatal) proporcionan de US$ 900 a $1.800/residente/mes, Ayuda y Asistencia (solamente para los veteranos) US$ 1.635/mes y el Programa de Diversión (opción a exención de Medicaid) US$ 2.200/residente/mes. El costo de brindar servicios a los clientes en una instalación de 100 camas es de US$ 1.900/mes. Los ingresos netos restantes van a mejoras de capital y como retorno a las inversiones de los propietarios. Las actividades de Mia son financiadas con los honorarios de los contratistas de PHAs y de organizaciones sin fines de lucro que desean implementar un modelo de ALF asequible; todas las ganancias son reinvertidas en la organización para ayudar a subsidiar servicios de consultoría de bajo costo y pro bono.

Impacto

  • Hasta la fecha, más de 5.000 personas han sido atendidas por el programa, y 12.000 clientes adicionales han sido transferidos de los asilos de ancianos de vuelta a la comunidad y se estima que 50.000 personas se beneficiarán en los próximos cinco años.
  • Se han creado nuevos flujos de ingresos para los propietarios (US$ 450.000/año), mejorando su viabilidad financiera.
  • Con frecuencia, las instalaciones de vivienda pública están situadas en vecindades pobres, a veces deterioradas.  El primer proyecto estaba en el centro de una zona plagada de vandalismo, narcotráfico y crímenes violentos, la misma que hoy en día se ha convertido en una zona segura y económicamente viable.  Esto también ha sucedido en otros proyectos.
  • Los beneficios para la comunidad ampliada incluyen la creación de empleos, una mayor actividad económica, la revitalización de las vecindades, aumentos en el parque de vivienda accesible y preservación de los edificios existentes.  El proyecto ayuda a brindar estabilidad a la comunidad, con tasas muy bajas de rotación de personal y residentes (en una industria caracterizada por una elevada rotación de ambos).
  • Mia hace un buen uso del financiamiento público; brinda atención a tres residentes con la misma cantidad de dinero que el gobierno utiliza para cuidar a un solo residente.  Mia ha utilizado estos resultados para cambiar la política federal y obtener apoyo para sus programas, y la Sra. Bretos ha preparado y defendido con éxito varios proyectos de ley exitosos que crean financiamiento de Medicaid para servicios en siete estados.

 

¿Por qué es innovador?

  • El enfoque introduce servicios de vida asistida accesibles a los programas de vivienda pública.
  • Demuestra los beneficios de reducir los costos de Medicaid y de los servicios de salud públicos a los legisladores, entidades del gobierno estatal y federal, generando un aumento en el financiamiento y cambios de política.
  • Utiliza una estructura organizacional en una actividad sin fines de lucro que se basa en un modelo empresarial eficiente y audaz.
  • El proyecto ha demostrado una capacidad comprobada de generar nuevas rentas, nuevos empleos y actividad económica, y la revitalización de las vecindades en los lugares donde se lo ha establecido.

 

¿Cuál es el impacto medioambiental?

Tanto en la remodelación como en la construcción de edificios nuevos, Mia utiliza equipos de eficiencia energética y fuentes alternativas de energía y suministro de agua.  Además, ha aumentado la biodiversidad y restaurado las áreas de jardines. La reconversión y el mejoramiento de los edificios existentes garantizan el uso de materiales locales.  Mia planea construir nuevos edificios que incluyan energía solar, bio-retención, electrodomésticos calificados Energy Star, y materiales de construcción sostenibles que tengan la certificación LEED.

 

¿Cómo es su sostenibilidad financiera?

Los resultados del programa demuestran una significativa reducción de los costos en la atención de salud.  El costo de atención es más bajo para los financistas estatales.  Mia ha demostrado que puede recibir financiamiento público y atender a un número tres veces mayor de personas, y que por cada residente que atiende, el programa estatal Medicaid se ahorra US$ 18.000 por año.

La actual crisis de vivienda y financiera en los Estados Unidos ha beneficiado a Mia.  Los constructores privados y los inversionistas están dirigiendo su atención ahora hacia el mercado de la vivienda para personas mayores como el único sector en el que se puede invertir, y están comprando propiedades envejecidas, buscando un buen retorno con un impacto social.  Durante el año que pasó, Mia estuvo trabajando con un grupo de inversionistas con miras a adquirir y administrar proyectos de vida asistida asequibles.  Durante el primer año se logró en promedio un retorno del 22%, en el segundo año y los siguientes, el retorno varía entre el 26% y el 30%, por medio de una combinación de reducción de costos, obtención de subsidios federales y estatales disponibles, bajas tasas de rotación de residentes, y eficiencia de personal y tributaria para la vivienda pública.  Mia ha generado más de US$ 35 millones en capital y financiamiento operativo para sus clientes en todo Estados Unidos, incluyendo importantes autoridades de vivienda pública como East Chicago y Miami-Dade.

Los temores por el continuo financiamiento de Medicaid en las condiciones económicas actuales no se han materializado.  Se espera que el financiamiento seguirá creciendo a medida que el gobierno federal reconozca el ahorro en los costos de mantener a las personas mayores/adultos con discapacidad lejos de los asilos públicos.  La ley de reforma del sistema de salud aumentará el financiamiento para este tipo de programas. A pesar de que han sido tiempos difíciles para obtener capital para construir/remodelar edificios, ha sido más fácil durante los últimos seis meses, dada la viabilidad financiera de dichos proyectos.

Cada instalación genera por lo menos 50 nuevas fuentes de trabajo focalizadas en los residentes de viviendas públicas, y el hecho que esta etapa del cuidado de las personas mayores sea financiada a través de Medicaid tiene un impacto significativo en los recursos de las familias. Se ha proporcionado capacitación a la fuerza laboral y oportunidades de empleo a las personas empleadas en los ALFs, y las tasas de rotación del personal están entre las más bajas del país.  Las oportunidades de empleo se notifican dando prioridad a los residentes de las viviendas públicas en el área local.

 

¿Cuál es el impacto social?

Por medio de este enfoque se está proporcionando instalaciones de vida asistida de alta calidad, las mismas que antes solo eran asequibles para las personas mayores con altos ingresos.  Los residentes y sus familias participan en la planificación, el diseño, la implementación y la administración de todos los proyectos de Mia, a través de reuniones mensuales de residentes y miembros de las familias que viven en cada casa, para obtener retroalimentación e insumos para los diferentes programas y servicios.  Los foros de inquilinos brindan un espacio donde los residentes pueden hacer oír su voz.

Las evaluaciones que Mia realiza cada dos años han revelado una marcada mejoría en el bienestar cognitivo y físico de los residentes, ayudados por la provisión de diversas actividades para los residentes, como por ejemplo clases de computación semanales. Estas mejorías permiten a los residentes asumir un papel más activo en la comunidad.  Adicionalmente, se ha registrado una reducción en el uso de medicinas con receta, llamadas de emergencia al 911, el número de hospitalizaciones e ingresos a las salas de emergencia, uso de sillas de ruedas e incidentes de caídas entre los residentes.

Las instalaciones de Mia tienen la tasa más baja de rotación de residentes de todas las instalaciones de vida asistida privadas y subsidiadas de los Estados Unidos (un promedio del 22% comparado con el 56%). Existe una política de puertas abiertas para el personal y se alienta la gestión participativa.  Mia tiene una de las mejores tasas de retención de personal del sector.  Cuando Mia necesita contratistas,  se da prioridad a las empresas que emplean o son propiedad de minorías.

 

Obstáculos Encontrados

  • Convencer a los gobiernos estatales/federales a cambiar el énfasis de la institucionalización a la atención comunitaria fue una tarea difícil, especialmente cambiar la mentalidad de ciertas personas involucradas– legisladores, burócratas, y algunos propietarios de viviendas públicas.  La fuerza de instituciones con intereses creados, que consideran el enfoque del Mia como una amenaza a sus medios de subsistencia, fue una dificultad adicional.
  • Los costos de inicio son elevados y deben ser financiados por los dueños de la propiedad.  El tiempo que pasa desde el momento en que Mia empieza la conversión hasta el momento en que el local empieza a generar ingresos es de aproximadamente seis meses.  El presupuesto inicial varía de los US$ 250.000 a los US$ 500.000 y es difícil obtener financiamiento para cubrir estos costos.
  • El desafío actual es mejorar la replicación del programa y eliminar los tiempos de espera.

Mia ha hecho esfuerzos para superar estas barreras por medio de la persistencia y la creatividad, conectándose con las personas y aprendiendo en cada etapa.  Los resultados positivos del proyecto han ayudado a convencer a los hacedores de políticas, y el hecho que el envejecimiento es un problema global también ha ayudado a focalizar la atención.

 

Lecciones Aprendidas

  • Se puede aprender más de los fracasos que de los éxitos, y la persistencia es un factor clave: todas las grandes innovaciones se han construido sobre ideas rechazadas.
  • Es importante ver las cosas desde la perspectiva de los otros, especialmente en el caso del gobierno.
  • Los gobiernos de todo el mundo están sufriendo de una crítica falta de confianza, están desacreditados y necesitan nuevas ideas y personas talentosas que se centren en los resultados que beneficiarían al interés público.
  • Es esencial fijar marcos de tiempo realistas, especialmente cuando se involucra a la comunidad local.
  • Es importante garantizar que tanto el proceso como las metas/intenciones sean entendidos por todos.

 

Evaluación

Mia realiza evaluaciones anuales de su trabajo con un agente externo (universidad), y tanto HUD (el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda) como el programa Medicaid realizan un monitoreo constante.  Auditores externos e internos realizan una evaluación anual de los sistemas financieros.  El bienestar de los residentes se mide de manera regular para evaluar si el modelo está brindando mejores resultados en términos de salud física y mental.

 

Transferencia

Hasta la fecha, Mia ha implementado el proyecto en 20 estados, y en el año 2012 Wisconsin, Minnesota y el Distrito de Columbia se añadirán a esta lista.  En el año 2011 se desarrolló un detallado plan de crecimiento para orientar el incremento gradual del trabajo de una pequeña empresa, con el fin de ampliar su capacidad y conservar el control de su misión, al tiempo que le permite emprender proyectos más ambiciosos y planificar la capitalización por parte de grandes grupos de inversión para crear un cambio de paradigma en la industria de la vivienda asistida para personas mayores a precios asequibles.

Con el auspicio de Ashoka, Mia está trabajando en la transferencia del programa a España, Costa Rica y China. Se han celebrado reuniones preliminares y se tiene planificado mantener conversaciones adicionales en el futuro.