La Cooperativa de Viviendas Ludwig-Frank es un ejemplo excelente e innovador de cómo un área residencial ruinosa, que aloja a una población multicultural de quince países diferentes, puede transformarse en un distrito atractivo y residencial habitable a través de la autoayuda y la solidaridad cooperativas. El proyecto demuestra que puede conseguirse una auténtica renovación de un área simplemente a través de mejoras técnicas, pero que el desarrollo social y cultural es un aspecto clave de la renovación de las zonas urbanas deprimidas.