Descripción del Proyecto

Vecinos Sin Techo trabaja en un terreno de aproximadamente 400 hectáreas conocido como Lote 27. Se encuentra a tres kilómetros del centro de San Martín de los Andes en Argentina. Los legítimos dueños de la tierra son la comunidad originaria Mapuche Curruhuinca, pero la tierra había sido ocupada por las fuerzas armadas argentinas. La comunidad Curruhuinca comenzó a pelear por la restitución de sus tierras en 2004. Tuvieron éxito en 2011 cuando el Gobierno Nacional aprobó una ley que le cedió la propiedad a la comunidad Curruhuinca (Ley Nacional 26.725).

La asociación entre la comunidad Curruhuinca y Vecinos Sin Techo se ha enfocado en desarrollar una respuesta conjunta a la crisis de vivienda a través del planeamiento y puesta en marcha del desarrollo de legislación y recursos que apoyan la urbanización de la zona.

El Barrio Intercultural ambientalmente sostenible es un enfoque para la provisión de vivienda decorosa y la convivencia pacífica. Ha atravesado muchas etapas para lograr esta meta:

  • comenzando por el reconocimiento del derecho ancestral de la comunidad al territorio y respetando la diversidad cultural y ambiental;
  • impulsando la urbanización en tierras de propiedad comunitaria;
  • buscando la sostenibilidad en cuanto a la producción, uso y gestión de alimentos y energía, a través de tecnologías apropiadas.

De las aproximadamente 400 hectáreas, casi 300 son utilizadas por la comunidad Mapuche y 110 se distribuyen de la siguiente manera: 77 para el Barrio Intercultural y 33 para el municipio.

Desde 2014 se han construido 56 viviendas y otras 100 están actualmente en construcción. Las primeras 56 casas han sido asignadas a alrededor de 200 personas de la zona, de las cuales 20 ya se encuentran habitadas y se planea construir vivienda para otras 1.000 personas que vivirán en el barrio.

Para finales de 2017 se habrán completado 156 viviendas y existirá la capacitacitación y estructura de gestión para completar el total de 250 para finales de la Etapa 1. El cronograma para la segunda etapa no ha sido aún definido.

Fines y Objetivos

El propósito del proyecto es lograr mejores condiciones políticas, legales y sociales para el cumplimiento del derecho de las personas al acceso al territorio y a la vivienda, y asegurar el respeto de la diversidad cultural y los distintos enfoques en cuanto al medio ambiente.

El foco está puesto en el desarrollo de vivienda y en la convivencia intercultural entre la comunidad originaria Mapuche y las comunidades criollas empobrecidas y excluidas del mercado de vivienda. Busca desarrollar un modelo de desarrollo local y regional que impulsa un proyecto de paz. El contexto para la necesidad de paz es en respuesta a la relación entre el Estado y las comunidades originarias, la cual históricamente ha estado basada en la dominación y la negación de la identidad de estas comunidades.

El proyecto busca lograr el acceso a la vivienda decorosa para comunidades marginalizadas y las clases trabajadoras de la ciudad, quienes no pueden acceder a la propiedad de vivienda. Busca realizar esto a través de:

  1. La restitución del Lote 27 a la comunidad Mapuche Curruhuinca, lo cual fue logrado a través del reconocimiento histórico el derecho legítimo de esta comunidad nativa a su tierra ancestral. Había sido utilizado por el Ejercito Argentino durante los últimos 130 años.
  2. Construcción de un hábitat decente para 250 familias a través de la creación del Barrio Intercultural, concebido como una ‘Comunidad de Cambio’. Este barrio promovería el desarrollo socialmente y ambientalmente sustentable al proporcionar acceso a una vivienda decente a través del trabajo conjunto (ayuda mutua), esfuerzos individuales y el establecimiento de relaciones interculturales.

El Barrio Intercultural está desarrollado como un proyecto demostrativo integral y sostenible. El objetivo de su diseño participativo es la integración de las siguientes dimensiones: Barrio, Vivienda, Tecnologías Apropiadas, Economía Social, Salud, Educación y Cultura.

El censo de 2004 llevado a cabo por Vecinos Sin Techo identificó a 2.500 familias con necesidad de vivienda en la zona. En cuanto al número de personas involucradas, 250 familias participan directamente en el Barrio Intercultural como residentes actuales o futuros. Otras 750 familias se han registrado para la segunda etapa.

Contexto

Cuatro comunidades del Pueblo Mapuche viven en los alrededores de San Martín de los Andes. Los Mapuches son los habitantes originarios y han vivido en la Patagonia por muchos años.

El territorio adonde se encuentra el proyecto fue apoderado a fines del siglo 19 por los Estados argentino y chileno durante sus respectivas campañas militares. Desde entonces, los derechos de la Nación Mapuche han sido negados.

El mercado actual de vivienda ha llevado a una situación en la cual el 20% de la población de la zona no tiene acceso a la propiedad de vivienda. Muchas personas comparten su vivienda con otras familias, otras pagan altos alquileres por vivienda de baja calidad, lo cual significa hacinamiento y perjudicial para la vida familiar.

Las políticas de vivienda del gobierno han dificultado el acceso de las comunidades a tierra de buena calidad. La tierra de mayor valor fue destinada para vivienda a precio de mercado, y sólo se destinaron tierras marginales para la vivienda social. La comunidad Mapuche consideró que esto aumentó la población en asentamientos informales en zonas de alto riesgo, i.e., propensa a derrumbes o inundaciones.

El censo llevado a cabo por Vecinos Sin Techo en 2004 demostró que el 20% de la población se encontraba en situación de necesidad de vivienda y esto forzó a la autoridad local a realizar su primera declaración de Emergencia Habitacional. Esto ha llevado a destinar mayores recursos para la vivienda y a la creación de planes de intervención de emergencia y de esa manera se aumentó la provisión de vivienda en un periodo más corto de lo normal.

Características Clave

Este programa liderado por la comunidad toma un enfoque de mirar tanto hacia adentro como hacia afuera:

Principios y estrategias organizacionales:

La organización del grupo sigue principios democráticos y participativos con reuniones semanales. En las asambleas existen espacios adonde todas las acciones de la organización se comparten y se definen y acuerdan las estrategias clave.

Vecinos Sin Techo está conformado por una Comisión Directiva y socias y socios, pero los cargos no representan una jerarquía ya que la estructura es horizontal y las decisiones de toman por consenso.

La organización reconoce los derechos territoriales de los Mapuche y la lucha de estos por la necesidad de vivienda decorosa es compartida a través de toda la comunidad.

A través de desarrollar un enfoque de consenso y de identificar personas clave en la comunidad, el programa ha logrado influenciar las políticas públicas de vivienda de manera tal que las personas de la zona estuvieron realmente involucradas. Las comunidades estuvieron involucradas en las etapas de diseño y también en la construcción de vivienda y otras instalaciones en el barrio, incluyendo un taller y salón comunitario, un invernáculo y huerta, etc.

Se desarrolló un clúster liderado por la comunidad para resolver cuestiones de sostenibilidad. El clúster sugiere una serie de opciones para la producción del hábitat, desarrollando un emprendimiento social (apoyado por y con la participación de representantes de empresas, gobierno y del sector académico). La alianza más importante es con la clase trabajadora y sus organizaciones y el proceso ya ha facilitado la creación de varios emprendimientos cooperativos en construcción, alimentos, cultura, salud, interculturalidad, educación, etc., y la provisión de energía y agua.

El centro de salud intercultural consiste en un equipo interdisciplinario que incluye tres profesionales del sistema público de salud, residentes Mapuche con conocimientos de medicina tradicional, un antropólogo y otras organizaciones tales como la Red Jarilla, que trabaja con plantas saludables. El centro promueve una nueva manera de pensar la salud que no es sólo sobre ‘curar’ sino que enfatiza la promoción de salud: alimentos saludables, productos (como jabón), embarazo y parto, etc.

Estrategias de enfoque externo para el cambio sistémico:

Vecinos Sin Techo también tiene una estrategia enfocada al exterior que busca posicionar a la organización como un actor clave en las discusiones con instituciones públicas y financieras para transformar las políticas relacionadas al hábitat. Esto se logra a través de construir alianzas, incidencias, negociación y participación que se establecen progresivamente con la comunidad Mapuche, la autoridad local, el Estado Federal, las universidades y otras organizaciones sociales.

La organización ha abierto espacios de debate público, reflexión, formación y negociación con autoridades públicas. Se incrementó el conocimiento público a través de talleres, actividades con los medios, eventos culturales y académicos, seminarios, publicaciones científicas y muchas otras formas de participación que buscan cambiar la comprensión pública del problema y encontrar formas de resolverlo.

Las relaciones con los distintos gobiernos municipales, provinciales y nacionales varían de acuerdo al partido político que esté en el poder, sin embargo, el Barrio Intercultural ya es una fuerza política propia y es reconocido por la autoridad local y a nivel nacional.

El programa trabaja con una amplia gama de organizaciones asociadas, cada una contribuyendo con su área de conocimientos y experticia:

  • Confederación Mapuche Neuquina (recuperación territorial).
  • Comunidad Mapuche Curruhuinca (miembro fundador del proyecto).
  • Red Jarilla de Plantas Saludables de la Patagonia (conocimientos relacionados con la salud).
  • Radio Comunitaria FM Pocahullo (organización interna y difusión).
  • Asociación Civil Propatagonia (capacitación y asistencia técnica).
  • Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (colaboración en organización interna, gestión de espacio intersectorial, autogestión, etc.).
  • Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (difusión y alianza política estratégica y fortalecimiento de capacidades).
  • Cooperativa Apícola de Los Andes (capacitación y asistencia técnica) y la Cooperativa Estefani (material de construcción)
  • Miembros de HIC (Coalición Internacional del Hábitat), participación en el grupo de Producción Social del Hábitat (intercambio de estrategias, alianzas y cooperación internacional para la gestión y visibilidad del proyecto).

Instituciones Gubernamentales:

  • Honorable Congreso de la Nación Argentina (promulgación de la ley de restitución territorial).
  • Poder Ejecutivo Nacional (financiación del programa).
  • Instituto Nacional de Tecnología Industrial (capacitación y colaboración técnica).
  • Escuela Provincial de Educación Técnica N°21 (colaboración y asistencia técnica, alianza política estratégica).
  • Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata (proyectos de cooperación, asistencia técnica).
  • Universidad Nacional del Comuahue (proyecto en colaboración).
  • Universidad Nacional de Córdoba (proyecto en colaboración para evaluación y asistencia técnica)
  • Dirección Provincial de Biología Acuática (asistencia técnica);
  • Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (asistencia técnica).

¿Qué impacto ha tenido?

El trabajo de incidencia de Vecinos Sin Techo ha impactado directamente en las políticas y en la práctica de varias maneras:

  • Creación del Registro Único de Demanda Habitacional, el cual es un documento que registra la necesidad de vivienda en el municipio. El hecho de conocer más sobre la necesidad de vivienda de la gente ya ha llevado a cambios en la política de vivienda local.
  • Creación del Instituto de Vivienda y Hábitat municipal con un equipo de Vecinos Sin Techo. El Instituto es un equipo dedicado en el municipio y se encarga de las políticas de vivienda, lo cual antes se intentaba resolver a una escala mucho menor. Trabaja codo a codo con Vecinos Sin Techo.
  • El trabajo de incidencia de Vecinos Sin Techo y su colaboración con el Instituto de Vivienda y Hábitat ha llevado al desarrollo de planes de adquisición de vivienda y tierras; criterios basados en la participación y mecanismos transparentes para la adjudicación de vivienda; regulaciones para la auto-gestión, plusvalía urbana y construcción en tierra cruda.
  • El desarrollo de un mecanismo para la adjudicación de vivienda basado en criterios de participación puso fin a la tendencia de adjudicación selectiva que favorecía a aquellos cercanos al gobierno. Desde 2005, los logros incluyen:
    • 50 viviendas nuevas desarrolladas bajo el programa ‘Hogar más urgente’ (vivienda social del gobierno).
    • Reubicación de 26 familias viviendo en áreas de riesgo en Colonia Maipú hacia áreas más seguras.
    • 200 nuevas viviendas de interés social desarrolladas entre 2007 y 2011 (vivienda social).
    • 120 viviendas logradas entre 2008 y 2010 (vivienda social).
  • El Barrio Intercultural es un ejemplo sostenible de cómo resolver los problemas de vivienda de amplia escala y demuestra cómo el acceso comunitario a la tierra puede brindar soluciones de vivienda reales para comunidades de bajos ingresos.

A través de sus redes y la diseminación más amplia, el programa tiene el potencial para actuar como ejemplo de buenas prácticas a nivel local y nacional, así como también a través de Latinoamérica.

¿Cómo se financia?

Los siguientes recursos estatales fueron conseguidos por el esfuerzo de Vecinos Sin Techo o a través de asociaciones estratégicas:

  • 2010: 48.000 Pesos Argentinos (ARS) (US$ 3.000) en equipamiento – Ministerio Desarrollo Social.
  • 2011-12: Equipo Técnico Interdisciplinario, diseño participativo del Barrio Intercultural, ARS 980.000 (US$ 65.000), Unidad Nacional de Pre Inversión, Ministerio Economía.
  • 2012: Agroalimentario, invernáculos, herramientas, riego y paneles solares, ARS 55.000 (US$ 4.000), Ministerio de Desarrollo Social.
  • 2013-14: Premio en el III Concurso Provincial de Proyectos Sociales 2013, Baño Seco Separador, Estufa Rusa y SARA, ARS 30.000 (US$ 2.000), Provincia de Neuquén.
  • 2014-15: Maquinaria e infraestructura para carpintería en madera y metal, ARS 500.000 (US$ 33.000), Ministerio de Trabajo.
  • 2014-16: «56 Viviendas», ARS 17 millones (US$ 1,1 millón) + ARS 4 millones (US$ 264.000), Programa Federal Pueblos Originarios y Rurales, Subsecretaría Vivienda, Ministerio Planificación y Obra Pública.
  • 2015-16: «100 Viviendas e Infraestructura», ARS 60 millones (US$ 4 millones), Programa Federal Pueblos Originarios y Rurales, Subsecretaría de Vivienda, Ministerio del Interior.
  • 2016: Estufa SARA ARS 70.000 (US$ 5.000), Ministerio Ciencia y Tecnología.
  • 2016: Equipo Técnico Interdisciplinario, Proyectos Ejecutivos de Diseño Urbano, ARS 834.000 (US$ 55.000), Ministerio del Interior.

Los costos acumulativos de la Primera Fase fueron: ARS 23 millón (US$ 1,5 millones).

Los costos anuales de operación del proyecto fueron financiados por los subsidios arriba mencionados.

Se planea un proceso progresivo y evolutivo de auto-gestión y desarrollo integral. La organización espera seguir gestionando recursos estatales que corresponden por derecho, y al mismo tiempo, a través del desarrollo de la economía social, autoconstrucción y proyectos de ayuda mutua, garantizar el avance aun en periodos de dificultad política.

Desde su fundación en 2004, Vecinos Sin Techo ha costeado sus gastos a través de la organización de eventos de recaudación de fondos; y desde su constitución como organización civil sin fines de lucro en 2008 ha recibido un aporte monetario simbólico de sus asociados de entre 2 y 10 ARS (US$ 1 – US$ 2).

Desde fines de 2015, Vecinos Sin Techo recauda una contribución mensual de ARS 100 (US$ 7) por familia, generando un ingreso aproximado de ARS 12.000 (US$ 800) por mes, que se utiliza para la compra de insumos para la infraestructura comunitaria del Barrio Intercultural, así como para cubrir los costos operativos de la organización. Estos costos operativos han sido de ARS 50.000 (US$ 3.000) por año en los últimos dos años y ahora han aumentado a alrededor de ARS 100.000 (US$ 7.000) cada año debido a mayores costos e inflación.

Las primeras 56 viviendas costaron en promedio ARS 360.000 (US$ 24.000), y en el plan actual de construcción se estiman en ARS 500.000 (US$ 33.000). Sin embargo, un desarrollo de vivienda social cercano del Estado ha presupuestado cada vivienda a un costo de 1 millón ARS (US$ 66.000) cada una. Esto refleja el impacto de la inflación y por ende la necesidad de ajustar las proyecciones y los subsidios de acuerdo a ello.

¿Por qué es innovador?

El Barrio Intercultural propone una visión integral del hábitat y convivencia respetuosa, estableciendo un intercambio cultural entre la comunidad originaria Mapuche y los sectores populares. Con esto, no solamente contribuye a una reparación histórica, mediante la restitución de territorio y derechos, sino que también plantea una oportunidad de convivencia pacífica y digna para las generaciones futuras en una comunidad libre del riesgo de especulación con respecto a la propiedad de la tierra.

Más allá de ser un proyecto de vivienda accesible, el Barrio es un lugar productivo con proyectos agroalimentarios que apoyan la soberanía alimentaria y programas para desarrollar el uso de energías renovables, así como también actividades recreativas para los residentes y la comunidad en general.

¿Cuál es el impacto medioambiental?

El programa está diseñado específicamente para respetar el entorno y mantener la mitad del territorio sin urbanizar. Se acordó no sacar árboles para la realización de las construcciones, identificando y valorando las especies autóctonas para su uso en medicina natural, como fuente de alimentación y como parte de la identidad de la región.

Un relevamiento ambiental llevado a cabo con miembros de la comunidad Mapuche y no-Mapuche destacó distintas formas en las que la culturas interactúan con la naturaleza y también tuvo una influencia significativa en el diseño de la vivienda, por ejemplo, en la orientación de las viviendas, aislación térmica de muros y aberturas, iluminación para la eficiencia energética, recuperación de aguas grises, sistema de absorción de aguas negras, sistema gestión integral de residuos, producción de compost, etc.

La construcción de vivienda utilizando adobe y techos ‘vivos’ se incorporó a los sistemas constructivos tradicionales, sentando un precedente en el uso de fondos públicos para vivienda social.

Siendo la leña el principal recurso para calefacción en la zona, el proyecto buscó desarrollar una estufa de alto rendimiento accesible a todas las familias, construida en adobe y que optimiza el uso de leña. Otros desarrollos con materiales y eco-tecnologías alternativos incluyeron baños secos, colectores solares y energía hidroeléctrica, los cuales se están desarrollando experimentalmente en una tutoría en Energías Renovables en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial y la Escuela Provincial de Enseñanza Técnica.

En el diseño del barrio se minimizaron las vías vehiculares, priorizando ciclo vías y vías peatonales.

Se han definido espacios de encuentro comunitario, y se ha establecido un sitio ritual-ceremonial Mapuche (Rewe).

La producción agroalimentaria es orgánica, evitando el uso de agroquímicos. La primera cosecha de miel se llevó a cabo con la Cooperativa Apícola y existen planes para aumentar el apiario y su producción de forma anual.

¿Es sostenible financieramente?

El programa depende de fondos públicos del gobierno local y federal para apoyar la construcción de vivienda. Sin embargo, se está moviendo hacia un modelo de economía social que busca generar ingresos a partir de varias actividades.

Todos los miembros de Vecinos Sin Techo (tanto quienes son residentes del Barrio como los que no lo son) pagan una contribución monetaria de actualmente ARS 100 (US$ 7) por mes. Los residentes participan en trabajos comunitarios y en asambleas, pero pagan la contribución monetaria si son miembros de Vecinos Sin Techo. No existe un mecanismo específico para organizar el derecho por trabajo pero la adjudicación de vivienda se lleva a cabo en asambleas y se da prioridad a los miembros más activos.

El programa busca desarrollar un enfoque de emprendimiento social en relación a la eficiencia alimentaria y energética como un enfoque colaborativo para la generación de ingresos y sostenibilidad.

¿Cuál es el impacto social?

El proyecto se basa fundamentalmente en el respeto de la identidad cultural Mapuche:

  • promueve la igualdad de derechos;
  • proporciona una solución de hábitat innovadora e integral en tierras céntricas y de alto valor;
  • devuelve la dignidad a quienes participan del proyecto;
  • contribuye a la harmonía y paz social en la ciudad;
  • construye un proceso de identidad cultural y respeto mutuo a través de actividades interculturales.

El proyecto involucra colectivamente a Vecinos Sin Techo y a la comunidad Mapuche Curruhuinca en una celebración de distintas culturas y convivencia intercultural. La autoridad local ha revisado su Carta Orgánica y se ha declarado como ‘Municipalidad Intercultural’, con la bandera Mapuche actualmente izada en la plaza central de la ciudad. El Barrio Intercultural ha tenido un papel fundamental en el cambio de actitud tanto en las comunidades como en las instituciones públicas.

El Barrio Intercultural se encuentra al lado de los barrios más ricos de la ciudad. Ha logrado construir viviendas de calidad, lo cual sorprende a quienes esperan encontrar ‘viviendas sociales típicas’ y ha logrado ‘el derecho a la belleza en diseño’. La vivienda social tradicional es uniforme, pequeña y generalmente inadecuada para sus ocupantes. El diseño de la vivienda en el Barrio es el resultado del aporte de los residentes y refleja una diversidad de opciones. Las viviendas son comparativamente espaciosas y diseñadas para responder a las necesidades de los residentes.

El modelo participativo adoptado a lo largo del proyecto propone una escala de desarrollo urbano y un enfoque integral de hábitat que no era previamente considerado por las políticas estatales.

Obstáculos Encontrados

Al inicio se encontraron barreras en el intento de aumentar el conocimiento público sobre el programa y la voluntad de la comunidad para involucrarse, debido a que las políticas de vivienda existentes estaban basadas en una mentalidad asistencialista y las familias tenían una amplia variedad de necesidades.

Para resolver esto, se llevó a cabo un proceso de evaluación participativa llamado «el juicio de las viviendas sociales», el cual brindó a las familias una visión completa de los efectos adversos de los enfoques asistencialistas y les ayudó a entender la importancia del trabajo conjunto para lograr su derecho a la ciudad y a la vivienda adecuada.

Otro aspecto esencial fue, y sigue siendo, el cambio cultural entre pensar de manera individual y una mentalidad colectiva basada en la interdependencia y participación activa. Esto ha sucedido a través del trabajo conjunto en la construcción, de que las personas asuman riesgos, aprendiendo de los errores y superando conflictos a través de trabajar con otras organizaciones en temáticas de género, cooperativismo, ambiente, etc.

Lecciones Aprendidas

Una de las principales lecciones aprendidas es que las organizaciones autogestionarias pueden aumentar el entendimiento público del problema de vivienda utilizando un enfoque integral y sistémico.Todo está relacionado y no existe sólo un problema de vivienda, sino un problema con el desarrollo de la sociedad que tiene un impacto en la vivienda y en otros aspectos de la vida.

La administración y seguimiento técnico de las primeras 56 viviendas llevado a cabo por las cooperativas ha llevado a mejoras que serán implementadas en la construcción de las próximas viviendas.

Evaluación

El trabajo utiliza procesos de evaluación participativa tales como proyectos piloto de vivienda social, talleres de recorridos y crítica urbana, evaluación de eco-tecnologías, etc., y a través de un proceso más formal de ‘Planificación + Monitoreo + Evaluación’ que se lleva a cabo de manera sistemática con los grupos de la organización y en una Mesa Política.

Otro espacio específico de evaluación tiene que ver con la construcción, donde se analizan el progreso, adecuaciones, productividad, formas de compra y métodos organizacionales.

Actualmente, se ha comenzado un proceso de evaluación externa del clúster de vivienda y hábitat en colaboración con la Universidad Nacional de Córdoba.

Reconocimiento

El proyecto ha sido presentado en congresos nacionales e internacionales, es parte de proyectos universitarios y es caso de estudio en maestrías y doctorados. Se difundió en Bolivia, Perú, México, Costa Rica y Argentina.

Fue invitado a participar en el Grupo de trabajo de Producción Social del Hábitat que coordina la Coalición Internacional del Hábitat – América Latina (HIC-AL) obteniendo un premio Internacional otorgado por URBAMONDE (ONG suiza).

Ha recibido visitas de científicos, políticos, docentes, sindicalistas, etc., interesados en la propuesta socio-política intercultural, el desafío de la propiedad colectiva y la autonomía energética y alimentaria.

Actualmente se está rodando un documental financiado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).

A través de la Coalición Internacional del Hábitat, Vecinos Sin Techo trabaja en la visibilidad del Barrio Intercultural como experiencia integral e innovadora en la producción social del Hábitat rumbo a Hábitat III.

Transferencia

La propuesta a largo plazo del proyecto es encontrar colectivamente una nueva forma de desarrollo y convivencia en amor y paz; por esta razón es abierto, innovador y evolutivo.

Se puede plantear que a nivel local el proyecto y/o aspectos metodológicos, técnicos o de diseño han generado un impacto o han sido adoptados por diversos actores (municipio, organizaciones sociales, familias con necesidades habitacionales, instituciones educativas, etc.).

A escala regional ha habido intercambios con redes y organizaciones de norte de la Patagonia y de otras comunidades Mapuche interesadas en la transferencia de la experiencia general y de aspectos específicos.

A escala Nacional, la ex presidenta Cristina Kirchner en uno de sus discursos planteó que el proyecto es una alternativa sustentable y sostenible para ser utilizada en otros 900 casos de restitución de tierra a comunidades originarias. El Barrio ha recibido visitas y ha tenido contacto con el nuevo gobierno nacional y busca convertirse en una alternativa de gran escala para replicar este tipo de enfoque en la vivienda social.

La experiencia está siendo difundida en la región a través del papel de Vecinos sin Techo en la Secretaría de Vivienda Regional de la Federación de Trabajadores de la Economía Solidaria. La experiencia en construcción natural es extendida en talleres de capacitación a nivel local. Vecinos Sin Techo es referente en la estufa SARA, realizando capacitaciones y jornadas de promoción en poblaciones urbanas y rurales en norte de la Patagonia. La estufa SARA, desarrollada por el sector estatal, fue transferida por Vecinos Sin Techo junto a instituciones públicas de educación, salud y desarrollo social en poblaciones urbanas y rurales en el norte de la Patagonia.

La Ley 26.725 actúa como precedente para el derecho a la tierra reclamado por las comunidades de bajos recursos y las comunidades originarias.