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Hoy se reconoció con un Premio de Bronce de los Premios Mundiales del Hábitat de este año a una asociación radical entre autoridades de la ciudad y comunidades de asentamientos informales en Zimbabue.

El Proyecto de Mejora de Asentamientos Informales en Dzivarasekwa Extension demuestra cómo la mejora de estos asentamientos y su incorporación a los planes urbanos ofrece resultados muchísimo más positivos que la política estatal preestablecida de demolición y reubicación. El enfoque les permite a los residentes involucrarse en cada paso del proceso de mejora —lo que garantiza que los avances sean coherentes con sus prioridades—, a la vez que se capacitan en una variedad de funciones, como la construcción.

Desde que el trabajo empezó, en 2011, cerca de 2.050 residentes accedieron a la tenencia segura de la tierra, se construyeron 336 casas y 1.344 personas obtuvieron un lugar donde vivir. Los servicios de saneamiento mejoraron, se instalaron sistemas hidráulicos y de iluminación con alimentación solar, y se asfaltaron calles.

El proyecto de Dzivarasekwa es una iniciativa piloto dentro del marco de un Proyecto de Mejora de Asentamientos Informales de Harare (HSUP, por su sigla en inglés) más amplio, y el modelo se adoptó en otros asentamientos. Actualmente, estas comunidades se reconocen como parte de la ciudad y se incluyen en el cronograma de desarrollo. Esto ayuda a que las familias de bajos ingresos puedan hacer valer su derecho a la vivienda y acceder a servicios básicos.

La familia de Sladen Makona fue una de las primeras en beneficiarse con el Proyecto de Mejora de Asentamientos Informales en Dzivarasekwa Extension. Nos contó lo siguiente: “En 1986, mis padres compraron un lote, pero en 1990, empezamos a enfrentar una amenaza de desalojo. Acudimos a políticos de altos cargos para pedir protección, pero la ayuda que obtuvimos fue breve y, en octubre de 1991, nos desalojaron. Las topadoras llegaron a la medianoche, demolieron las casas y nos llevaron a Porta Farm. Cuando llegamos, parecía una verdadera selva. El gobierno nos aseguró que nos quedaríamos allí de forma temporaria. Después de algunos meses, nos reubicaron en Dzivarasekwa Extension, que seguía siendo otro campamento provisorio.

“Lamentablemente, el año 2005 nos sorprendió con un nuevo desalojo. Un mes después de los desalojos, nos volvimos a trasladar a Dzivarasekwa Extension y reconstruimos nuestras chozas. En 2006, nos visitaron algunos miembros de la Federación de Personas Sin Techo de Zimbabue, y nos brindaron asistencia para iniciar un programa de ahorro para vivienda. En 2007, el gobierno le asignó oficialmente a la Federación de Personas Sin Techo de Zimbabue la tierra en la que habíamos vivido de manera informal durante 16 años. Participamos en los procesos de desarrollo de la tierra, trabajando con expertos. En junio de 2011, tras la aprobación del plano y la tasación, la Federación de Personas Sin Techo de Zimbabue nos asignó lotes formalmente. Ya no tememos los desalojos y, con el trabajo de mejoras actual, nuestro asentamiento cambió mucho”.

David Ireland, Director Ejecutivo de World Habitat, dijo: “Lo que es notable sobre este proyecto es el progreso que hicieron —de desalojos forzados a derechos sobre la tierra— en solo diez años, en un país que enfrenta tantos desafíos”.

El jurado de los Premios Mundiales del Hábitat dijo: “Este proyecto representa un hito muy importante para el desarrollo en Zimbabue. Lograron superar tantos obstáculos en un contexto nacional extremadamente difícil, que traen mucha esperanza con respecto a lo que puede lograrse incluso en las circunstancias más adversas”.

Cada año se entregan los Premios Mundiales del Hábitat a los proyectos de vivienda más destacados e innovadores del mundo. En 2019, participaron en los Premios cerca de 200 proyectos y programas.


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